El 11 de septiembre de 2025 tuve la oportunidad de participar en representación de POK en el Webinario del Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA), centrado en un tema que me apasiona: las Microcredenciales como “moneda de cambio” entre el mundo de la educación y el trabajo.

Fue inspirador ver cómo muchas universidades de la región ya consideran a las microcredenciales como eje central del futuro académico. Agradezco profundamente haber sido parte de ese diálogo, que reafirma un camino en común: construir un ecosistema educativo más flexible, interoperable y conectado con la empleabilidad real.

¿Por qué importa que una credencial esté en blockchain?

Cuando pensamos en una credencial digital un diploma, una insignia o un certificado solemos enfocarnos en lo visible: quién la emite y qué logro acredita. Pero su verdadero valor radica en la seguridad, confiabilidad y trazabilidad que ofrece.

Una credencial tradicional, sin blockchain, depende por completo de una autoridad central: una universidad, ministerio o proveedor de certificados. Si esa entidad cambia sus políticas, pierde sus registros o deja de existir, la credencial puede volverse inválida, ser falsificada o simplemente no tener una manera confiable de verificarse.

En cambio, una credencial basada en blockchain funciona bajo un principio totalmente diferente: la descentralización. Su información se almacena de manera distribuida en cientos o miles de nodos, lo que la hace prácticamente inalterable. No se trata de modificar una base de datos local, sino de convencer a toda una red global para cambiar un registro, algo virtualmente imposible.

Además, la blockchain otorga al estudiante algo clave: soberanía digital. Significa que la persona es propietaria real de su credencial, puede guardarla en su propia billetera digital, compartirla y validarla sin depender de un tercero.

Cuando esa credencial está diseñada como un NFT en una blockchain pública, sus ventajas se potencian aún más:

  • Permanece activa y verificable incluso si la institución emisora deja de operar.
  • Cualquier persona u organización puede validarla en tiempo real, sin intermediarios.
  • Al cumplir con estándares internacionales como Open Badge 3.0 o Europass, puede ser reconocida en distintos países y sistemas educativos.

En otras palabras, una credencial sin blockchain es frágil y dependiente, mientras que una credencial en blockchain es confiable, duradera y universalmente verificable.
Y esa diferencia marca el futuro de la educación y del reconocimiento profesional.

Microcredenciales: respuesta a un nuevo paradigma educativo

Las microcredenciales no son “diplomas rápidos”. Son una respuesta estructural al cambio:

  • La actualización constante que exige el mercado laboral.
  • La demanda de habilidades específicas y medibles por parte de los empleadores.
  • La necesidad de trayectorias formativas más cortas, flexibles y modulares.

En lugar de reemplazar a los títulos tradicionales, las microcredenciales complementan la educación formal, permitiendo acreditar logros parciales, certificaciones intermedias y competencias laborales reales.

El desafío está en transformar la cultura institucional para adoptar estos nuevos modelos sin perder calidad académica.

Retos que debemos superar

Durante el encuentro del CSUCA y en otros foros regionales, identificamos varios desafíos que condicionan la expansión de las microcredenciales en América Latina:

1. Reconocimiento por parte de empleadores

Si los empleadores no entienden qué significa una microcredencial blockchain, difícilmente la valorarán. Es crucial educar al mercado laboral, mostrar casos de uso reales y crear marcos de confianza.

2. Cultura institucional

Muchas universidades aún operan bajo estructuras rígidas. Para que las microcredenciales prosperen, se necesitan programas ágiles, con resultados claros y estándares verificables.

3. Interoperabilidad y estándares

¿Qué ocurre cuando un estudiante con una microcredencial emitida en Centroamérica desea estudiar o trabajar en Europa?
Sin estándares abiertos y verificables, la credencial pierde fuerza. Por eso, es clave avanzar hacia modelos compatibles con Open Badge 3.0, ELM y Europass.

4. Acceso y adopción tecnológica

Contar con blockchain, NFT o wallets no garantiza adopción. Persisten brechas digitales y de conectividad, además de la falta de políticas públicas que impulsen su uso sistemático.

Hacia una acción transformadora

Para que las microcredenciales en blockchain sean una herramienta efectiva de aprendizaje y empleabilidad, propongo avanzar en cinco líneas de acción:

  1. Alianzas universidad–empresa: diseñar microcredenciales alineadas con las competencias que demanda el mercado.
  2. Proyectos piloto: emitir y verificar credenciales NFT en blockchains públicas, documentando buenas prácticas.
  3. Marcos normativos: promover políticas nacionales y regionales que otorguen validez legal a las credenciales digitales.
  4. Estándares abiertos: construir un lenguaje común para evitar sistemas cerrados o dependencias tecnológicas.
  5. Capacitación y sensibilización: formar a estudiantes, docentes y empleadores sobre el uso y verificación de microcredenciales.

Reflexiones finales

Durante el panel del CSUCA, confirmé que estamos en un punto decisivo. Podemos seguir replicando modelos tradicionales, o apostar por innovar de forma segura, justa y abierta.

Las microcredenciales NFT en blockchain son una oportunidad única para democratizar el acceso a la validación de habilidades, fortalecer la empleabilidad regional y fomentar la movilidad internacional del talento.

En POK, trabajamos para hacer esto realidad: construir un ecosistema donde cada estudiante posea, valide y comparta sus credenciales digitales verificables, con interoperabilidad global, estándares de calidad y autenticidad garantizada.

Creemos que la transformación educativa no depende solo de la tecnología, sino de cómo la usamos para crear oportunidades reales.

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